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martes, 29 de noviembre de 2011

Zen y Ceramista, en diez pasos



Pasos para el Zen:
  1. Decides buscar a tu vaca favorita que se ha escapado de la granja. Aprendes técnicas de rastreo para buscarla.
  2. Buscas en el campo y encuentras huellas de la vaca. Sabes que está cerca.
  3. Miras a tu alrededor y la ves en la distancia.
  4. Eres capaz de coger a tu vaca, pero ésta se ha vuelto salvaje al vivir en el campo.
  5. Pasas un tiempo con tu vaca favorita y la entrenas para que obedezca tus órdenes.
  6. Traes de vuelta a la granja a tu vaca domesticada desde los campos en los que ha vivido. Ahora sois dos seres convertidos en uno y os entendéis el uno al otro. Se crea un fuerte vínculo entre los dos.
  7. Liberas a tu vaca de su ronzal. Te mantienes ocupado con otras tareas, pero la vaca se queda cerca de ti y la granja.
  8. La vaca se queda cerca de la granja, pero entiende lo que significa ser libre otra vez y ya no te sigue en cuerpo o pensamiento.
  9. Ahora ambos pensáis de forma individual y sois libres de las ataduras que os unían. Interactuáis con mucha naturalidad y podéis vivir como iguales el uno con el otro.
  10. Te conviertes en todo y nada.

Pasos para el Ceramista:
  1. Te das cuenta de que los objetos de cerámica son agradables.
  2. Comienzas a estudiar distintos tipos de cerámica, su historia y usos.
  3. Decides que la cerámica pase a formar parte de tu vida, tal vez como un hobby o para convertirte en un aprendiz.
  4. Te conviertes en un artesano. Adquieres conocimientos acerca de la arcilla, cómo darle forma, esmaltarla, cocerla y sobre construcción de hornos. Ya eres capaz de producir cerámica.
  5. Sabes cómo utilizar la cerámica para vivir la vida de forma más bella. Te esfuerzas por plasmar esa belleza y gracia en tu trabajo y poder compartirla con los demás.
  6. La cerámica se convierte en tu vida. Necesitas expresar tus ideas, pensamientos y mensajes a través de la cerámica. Muestras estos pensamientos y mensajes a través de eventos y exposiciones de cerámica.
  7. La cerámica te ha llevado ahora a interesarte en otras áreas tales como la jardinería, cocina, pintura, música e historia. Buscas todo tipo de conocimiento por igual y la cerámica ya no es el centro de tus pensamientos.
  8. Pierdes tu conexión con la cerámica y te sumerges en el mundo natural, tratando de vivir serenamente y en paz con las plantas y animales a tu alrededor.
  9. Te conviertes en parte del mundo natural y sabes que eres igual a los demás seres vivos. Pierdes tu individualidad y como el conejo que alimenta al halcón hambriento, también darías tu vida por otra criatura.
  10. Te conviertes en nada y todo. 

Masakazu Kusakabe, ceramista y constructor de hornos.



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